miércoles, 5 de octubre de 2011

Victoria Schcolnik

UNA TIERRA




Aprendí a guardar el dolor:
una costumbre parecida a la de esas familias
en las que hay un ancho silencio y lo custodian
como si fuera una herencia.
Pero las generaciones van desapareciendo
en ese mismo silencio que procuraron no delatar
y que en cada palabra ahorrada, se fue convirtiendo
en el lugar en el que habrían de morir.


*


En las madrugadas me despertaba temblando:
un cuerpo tan pequeño, traduciendo para sí
la fuerza que lo mantiene vivo,
como un telégrafo que desconoce su función, un aparato que vibra
y transmite mensajes a otra persona que está lejos
pero sufre la misma guerra.


*


Soy a la vez huérfana
e hija de todas las cosas,
con las que mantengo una relación de espera
porque mis actos están destinados
a darme la paciencia que me lleve
a un intenso y quieto fruto
que se desprende.


*


Esto es lo que crece quieto bajo la sombra
que poco necesita para sobrevivir,
gotas de agua apenas, la imaginación que lucha
contra el oscuro declive de las cosas.


*


Voy a esperar una señal,
que en una de sus vueltas el mundo frene
como si fuese un trompo que a lo último,
cuando los círculos son más profundos y entran
por fin en el espacio, termina cayéndose
y es un juguete fuera de su órbita:
un objeto.

Así dura en mí el instante, la sensación de que las cosas
están destinadas a detenerse, yendo hacia un centro
en donde estoy intolerablemente quieta.



Victoria Schcolnik (Buenos Aires, 1984), ha publicado los libros El refugio (Abeja Reina, Buenos Aires, 2008) y Una tierra (Curandera, Buenos Aires, 2011). Integra la selección Última poesía argentina (Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2008). Ha trabajado como editora y productora en la revista Ventizca y en el proyecto Vocal de poesía y música. Es Licenciada en Comunicación y actualmente dirige, con Marcelo Carnero, Soledad Castresana y Claudia Masin, las ediciones Curandera.




[De: Victoria Schcolnik, Una tierra,
Curandera Ediciones, Buenos Aires, 2011]

1 comentario:

  1. me ha gustado mucho los poemas de victoria. Diría más, pero me ha sorprendido unos versos. Saludos!

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