domingo, 26 de febrero de 2012



Elisa Molina

ESCRITO EN EL AGUA






AGUA DE ORO, 1995

"...el reino pertenece a un niño"
Heráclito

La noche cae sobre nosotros
- juntos, callados -
como una uva de sombra.
Tampoco nos habla el niño;
                   canturrea
absorto en su círculo de agua,
busca piedras de colores,
encanta al tiempo
con el girar de sus manos.


*


LEJOS DEL MAR

Vivo tan lejos del mar
y sin embargo,
anoche,
en la síntesis perfecta
que compone el sueño,
tuve mi luz, mi casa,
mi camino de acacias
entre las dunas
y a mis queridos.

Después desperté
y por un momento en la noche
la soleada imagen pudo más.
No debiera, no quisiera
olvidar su tenue
presencia en la vigilia:
trabaja en mí, circula
silenciosa; roza
a veces la opaca
evidencia de las cosas.


*


JARDÍN DE NOCHE

Cruzo el jardín hacia la casa;
el cerco de ramas
contiene ese momento
casi marino de la tarde:
el fondo azul, las formas negras
diluyéndose...

La verdad
se expresa en un lenguaje extraño
y dura poco.

Me apresuro a entrar,
a encender la luz
de esta burbuja que deriva.


*


EL ABRAZO

"Sucederá lo que haya de suceder - dijo
filosóficamente el mayor de los guisantes..."
H. C. Andersen

La verde ráfaga del verano
y el aire que agita como loco
las hojas de los álamos
y el cerco de la honda madreselva
caen, piel del día desollado,
para mi daño.

Comprendo ahora
a los que se quedaron quietos,
mirando en torno,
comprendo ahora a los que callan.

Una vez mi madre me abrazó llorando,
no sé por qué sufría;
me abrazó como yo
abrazo con la mirada a mi hija
que duerme.
Me abrazó para salvarse
y protegerme.

Para poder cerrar los ojos
y dejar que el sueño, mi sueño,
último jirón de niebla suspendido
hiciera lo demás:
calmar, aliviar, restaurar

el verde pájaro a la rama,
el amanecer al canto del gallo,
los higos a lo alto del sol,
la hoja a su danza:
todo en su lugar
para cuando despierte.


*


HELECHOS


Finalmente, está hecho:
repetí tu gesto.
Tembló una telaraña y su rocío,
la yema de los dedos rozó
los bordes de la piedra fría
y arranqué un helecho de las sierras,
un gajo de raíz,
con un poco de tierra.

Si me hubieras visto,
este día se habría detenido
apenas un instante
en tu sonrisa.

De lejos nos llegaban
las voces de los chicos.

Acaso se detuvo.


*


GATA PERDIDA

a Francisco

Querías llorar,
y con rabioso desconsuelo
componer lo roto.
                                 Se puede:

cuando se alineen los espejos
del pasado se abrirá
un día redondo y amarillo
                                 y te dirás:

"Era un día redondo y amarillo,
la ropa se balanceaba al sol
y mi cuerpo pequeño, entre sus brazos."



[De: Elisa Molina, Escrito en el agua,
Ediciones del Copista, Col. "Fénix", Córdoba, 2003]




Elisa Molina nació en Córdoba, donde actualmente reside. Licenciada en Letras Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba, codirigió la colección "La Poesía Traducida" y es colaboradora en poesía y crítica de las revistas "Fénix" y "Hablar de poesía", entre otras. Ha publicado Escrito en el agua (2003) y es de próxima edición su libro En la lengua de tu padre

No hay comentarios:

Publicar un comentario